Esto del mundo digital puede ser un poco mareante, claro, pero no niego que permite muchísimas cosas. Antaño, en las colonias comenzaban a llorar la muerte de un rey unos meses después de que su sucesor adoptara el trono, y las noticias llegaban por barco; y no hay que irse muy atrás, ya que nuestros propios abuelos recibían cartas de su puño y letra. Y uno, sin embargo, está en un mundo globalizado, donde las noticias llegan de un modo instantáneo a cada parte del mundo. A pesar de que las cosas puedan ir perdiendo su romanticismo, hay que aprovechar esas oportunidades, y sacarles el máximo provecho. Por eso, escribo un blog.
Como digo, la tecnología avanza. La gente cambia, el tiempo pasa (a pesar de que el tiempo no exista, pero al diablo con la física). Pero las letras quedan, tal como alguna vez leí: "La inmortalidad es una de las raras virtudes de la literatura".